DOMINGO ELIAS CARBAJO (1844).
LOS PRESIDENTES DEL PERÚ
DOMINGO ELIAS CARBAJO (1844).
Nació en Ica el 19 de diciembre de 1805. Sus padres fueron Raymundo Elías de la Quintana y Manuela Carbajo Galagarza. Al concluir sus primeros estudios, viajó a Madrid (1818) y luego a París, con el objetivo de completar su educación. Al volver, se dedicó a la agricultura. Como filántropo atendió la Educación, se asoció con Nicolás Rodrigo y fundó el Colegio de Nuestra Señora de Guadalupe (1841), cuyo director fue Sebastián Lorente (1844). Fue nombrado prefecto de Lima; después durante el gobierno directorial del general Manuel Ignacio de Vivanco, quedó a cargo del Poder Ejecutivo (1843), cuando este se marchó a combatir en Arequipa al general Ramón Castilla; se proclamó jefe Supremo (1844) para terminar con la guerra civil y convocar al Congreso; pero al triunfar Castilla, el caudillo revolucionario, en Carmen Alto, Arequipa, dejó el gobierno a Manuel Menéndez, vicepresidente del Consejo de Estado; y durante la breve gestión que este cumplió, le fueron confiadas las carteras de Guerra y Hacienda. Elegido diputado por Ica (1845) y consejero de Estado, impulsó la primera ley de presupuesto; nombrado ministro plenipotenciario en Bolivia (1847), negoció un tratado de paz y comercio que puso fin a las disputas originadas por la disolución de la Confederación y el conflicto de 1841. Fundó el Club Progresista, para postular su candidatura a la presidencia de la República y para servir a su campaña editó El Progreso (1849-1851), semanario inspirado por un liberalismo modernizante. Fue derrotado por el general José Rufino Echenique (1851) en elecciones controvertidas, y asumió una actitud de franca oposición Censuró los despilfarros y corrupción de la consolidación de la deuda interna en cama abierta al presidente Echenique, contrastándolos con un posible agotamiento del guano que la garantizaba; fue entonces encarcelado y desterrado a Guayaquil; pasó a Tumbes para iniciar una revolución (1853). Frustrado aquel intento, se traslada a Ica para renovarlo, pero fue derrotado en Saraja (1854). Huyó a Chile; pero luego se presentó en Moquegua para colaborar en la revolución que Castilla había iniciado en Arequipa; organizó una división; y derrotado en el Alto del Conde, se retiró con sus fuerzas hacia Arequipa, ciudad en la que derrotó a los contingentes gobiernistas. Designado ministro de Hacienda (1855) en el régimen establecido al triunfar la revolución, tuvo que pedir licencia por enfermedad; se fue a la sierra para atender su curación. Luego fue nombrado ministro plenipotenciario en Francia (1856). Al regresar postula nuevamente a la presidencia de la República (1858), pero al no alcanzar el millar de votos definitivamente se apartó de la política. Sus últimos años los dedicó a las actividades agrícolas y mercantiles. Falleció en Lima el 3 de diciembre de 1867.