Los incas no tuvieron
escritura propiamente dicha. Su manera de escribir era el "quipu" que
consistía en un conjunto de cuerdas, unas largas principalmente, de las cuales
colgaban otras más pequeñas.
El sistema consistía en
una especie de soga pequeña de la que colgaban varios hilos. En esos hilos se
hacían nudos de distintos tamaños y colores que si estaban más juntos o más
separados tenían significados diferentes.
No todo el mundo sabía
descifrar el quipu los quipucamayoc
eran los especialistas encargados de hacerlo, leerlos y guardarlos. Los hijos
de los nobles aprendían en la escuela la lectura de quipus.
Por medio de los quipus
se podía saber que asuntos importantes habían pasado durante el gobierno de un
antiguo inca, cuanta gente vivía en un pueblo, cuanto maíz o unidades de otros
alimentos habían en los depósitos.
En las provincias había
cronistas encargados de consignar hechos importantes, que transmitían por
relación oral con la ayuda de los quipus para ordenación de los sucesos. De
todos modos estaba muy lejos de poseer una escritura jeroglífica y pictórica
como la de los aztecas.
OTRAS
MANIFESTACIONES
Cieza
de León expresó
"los quipus significaban diversas cosas y cuanto los libros pueden decir
de historias, leyes ceremoniales y cuentas de negocios...";
Felipe
Guaman Poma:
"Los escribanos asentaban todo en el quipu con tanta habilidad que las
anotaciones resultaban en los cordeles como si se hubiera escrito con
letras".
¿Hubo
escritura en el Imperio Inca?
La teoría de que una
cultura tan importante, extensa y compleja como la Inca, no podría haberse
desarrollado de tal manera sin escritura, motivó la hipótesis del trabajo de
"encontrarla" en muchos investigadores, entre ellos William Burns
Glynn. La presunción de que "debía" existir, tal vez haya llevado a
resultados forzados que están en pleno debate.
Así,
en el Perú de la antigüedad habría habido tres formas de escritura:
Los
tocapus.
Los
quipus.
Los
tablones con pinturas almacenadas en el Poquencancha.
De las tres modalidades
una nunca podremos ver: el Poquencancha (una especie de biblioteca), donde se
guardaban unas tablas muy parecidas a a las actuales de Sarhua, fue quemado en
el siglo XVI, durante la llamada extirpación de idolatrías. De esa destrucción
sólo se salvaron algunos que se remitieron a la corona española, pero no se
sabe si naufragaron en su traslado, o fueron destruídos posteriormente, con
ellos desaparecieron todas las muestras de esta escritura pictográfica.
También los tocapus y quipus fueron saqueados,
aunque se conservan valiosos ejemplares.
William
Burns, sostuvo que la
yupana (ábaco de cálculo), medio de cálculo numérico y los quipus debían
operarse a través del sistema decimal, pues la numeración inca era por décimos.
Así plantea que los quipus son libros con una escritura alfanumérica donde los
números simbolizados en cada nudo representan una consonante de la lengua
quechua y, a su vez, tienen una equivalencia con los dibujos geométricos
utilizados en cenefas textiles y en la alfarería, con lo cual ellos también se
convierten en textos de escritura incaica.
Si los quipus debían
operarse a través del sistema decimal, el alfabeto debería ser de 10 signos.
Burns excluyó los sonidos vocales, y luego las consonantes de sonido similar.
Obtenidos los diez signos, al relacionarlos con los colores de los hilos de los
quipus, y los signos geométricos que acompañan la "Nueva Crónica y Buen
Gobierno" de Guaman Poma, encontró un coherente sistema de escritura.
Para
Burns hay una
relación acrofónica entre los números del sistema decimal, empleado por los
antiguos peruanos, con grafías (quellcas) o letras con características
geométricas que equivalían a diez consonantes. En la tabla siguiente se
explican con ejemplos, e ilustran los diez signos consonánticos con su relación
al sistema numérico:
Al observar las grafías
en los dibujos de Guaman Poma se encontró, en algunos casos, números que se
intercalaban.
Con la interpretación
de la relación acrofónica de letras con números se entiende que se podían
reemplazar números por letras y así poder traducir los signos consonánticos y
los números a letras castellanas. Entre los primeros mensajes y aplicando la
relación obtenemos la siguiente serie: nk
rk t nk rp rr nk krm, interpolando vocales obtenemos un mensaje corroborado
por relatos históricos: