LOS CAMBIOS EN LA SOCIEDAD ANDINA
Para la población
andina los invasores eran seres extraños por su apariencia física y tenían
poderes similares a los del rayo y el trueno con sus armas de fuego. Venían,
además, acompañados de un animal desconocido, el caballo, y hablaban en una
lengua diferente. Por ello al principio fueron vistos como dioses.
Al final, la
conquista significó para los indios un cambio en el orden del mundo. Los
españoles dieron muerte a los Incas, soberanos de origen divino, y tomaron el
Cuzco, centro sagrado del Tahuantinsuyo. También saquearon sus templos robando
los objetos de culto. En este sentido, la conquista fue percibida como la
victoria del dios cristiano dentro de una concepción cíclica del tiempo.
Pero la conquista trajo
otros cambios. El más dramático, quizás, fue el colapso demográfico. La
población andina disminuyó en un 80% debido, básicamente, a los virus traídos
por los españoles que se transformaron en epidemias. Enfermedades como la
gripe, el tifus, la peste o el sarampión, inéditas en los Andes, hicieron
estragos entre los indios. Las plantas y los animales traídos desde Europa
también contagiaron sus virus a los recursos nativos alterando la dieta de los
indios.
A los virus se sumaron las muertes por la misma guerra de conquista,
los trabajos forzados (la mita) y el “desgano vital”. En este sentido aumentaron
los suicidios colectivos, abortos e infanticidios pues los indios perdieron las
ganas de vivir debido a la caída de su mundo.
Sistemas tradicionales
como el ayllu y el control de pisos ecológicos se vieron seriamente afectados e
incluso desaparecieron. A medida que el gobierno virreinal establecía las
reducciones en la sierra, a la gente se le desarraigaba de sus pacarinas, se
rompía la unidad del ayllu y sus formas de trabajo comunal, y se afectó el
acceso a recursos en los distintos pisos ecológicos. También desapareció la
figura del Inca y la redistribución estatal, la mita fue desvirtuada en
provecho de la economía española y el culto cristiano se impuso sobre las
huacas y los dioses nativos. La evangelización trató sistemáticamente de
satanizar el culto prehispánico.
Luego de muchas
discusiones sobre la condición humana de los indios y si debían ser
esclavizados o no (polémica entre Bartolomé de las Casas y Ginés de Sepúlveda,
por ejemplo), fueron considerados legalmente vasallos libres del Rey de España
en condición de menores de edad. Quedaron bajo la protección de la Corona y por
ello debieron pagar un tributo. Asimismo quedaron bajo la autoridad de sus
curacas (llamados “caciques” por los españoles), los únicos que conservaron sus
cargos tras la conquista.
Ellos fueron los intermediarios entre las autoridades
coloniales y los indios. Continuaron con sus obligaciones ancestrales frente a
sus subordinados y asumieron otras como defenderlos y conseguir dinero, a
través de sus negocios particulares, para cumplir con el pago del tributo. De
esta manera la mayoría de los curacas conservaron su liderazgo y legitimidad
frente a sus indios hasta que sus cargos fueron abolidos luego de la rebelión
de Túpac Amaru II.
Los españoles
introdujeron lentamente la economía de mercado en los Andes. Apareció la
moneda, las nuevas ciudades se poblaron de mercaderes y los caminos de
transportistas de mercancías o “arrieros”. Los indios, especialmente los
curacas, tuvieron que aprender a ser comerciantes y algunos empezaron a formar
una suerte de burguesía nativa, muy occidentalizada que terminó arruinada por
las reformas del siglo XVIII. De otro lado se modificó la justicia. Antes los
conflictos se solucionaban al interior del ayllu con la mediación del curaca.
Ahora se administraba fuera del grupo de parentesco y estaba a cargo de un juez
que la dictaba en base a una ley escrita, también ajena al ayllu. Los indios
tuvieron que entablar una infinidad de pleitos judiciales para defender sus
derechos.
Finalmente habría que
añadir que con la conquista se introdujeron nuevas plantas y animales que
cambiaron el paisaje andino. También muchos elementos de la tecnología
occidental (rueda, vidrio, hierro, arado a tracción animal y nuevos métodos
arquitectónicos, por ejemplo). Los indios, sin embargo, nunca abandonaron
totalmente su antigua tecnología (andenes, chaquitaclla), sus cultivos
tradicionales (tubérculos, maíz), el pastoreo de auquénidos o sus formas de
trabajo colectivo (ayni o minca).